miércoles, 22 de agosto de 2012

“El que no vive para servir no sirve para vivir” Dalila Fabiola Mena Quintana


“El que no vive para servir no sirve para vivir” Esta frase fue dicha por la madre Teresa de Calcuta y bien podría aplicar a una maestra que dio su vida sirviendo a la comunidad de Yurécuaro educando a los niños en toda su vida laboral, hoy la profesora Dalila Fabiola Mena Quintana hija de aquel querido y famoso profesor Ruben Mena Calderón  tan recordado por los yurecuarenses, también su mamá fue la maestra Ana María Quintana de Mena.
42 años de asistir a las aulas se dice fácil, pero son varias generaciones las que tuvieron la dicha de ser alumnos de la maestra Dalila como todo mundo la conoce, hoy a sus 72 años de edad cierra los ojos y recuerda como si fuera ayer los pasajes de su vida, comenzó en la escuela Benito Juárez donde duro solamente 2 años, se incorporo a la escuela Morelos donde impartió clases durante 17 años, contrajo matrimonio con el señor Fausto Álvarez Madrigal y procrearon 2 hijos, David e Israel, el primero ya le dio 3 nietos, Israel es soltero.
Nos comenta la maestra Dalila que su vocación surgió porque su mamá enfermo y empecé a dar clases provisionalmente, esto a la edad de 15 años, y me gusto ser maestra por eso me fui a estudiar en el IFCM (Instituto Federal de Capacitación del Magisterio) con sede en Morelia.
Uno de los recuerdos que tiene en especial es que dando clases a la intemperie con costales como paredes la visito un ex alumno de ella, el señor Ignacio López Chávez hermano del Prieto López quien ya siendo todo un profesionista vio las condiciones precarias donde impartía sus clases y se ofreció a construirme el salón, me dijo “quiero hacer un beneficio para la escuela” y cumplió en ese ciclo escolar, ya teníamos el salón, me gustaría que llevara su nombre para pagar su bondad y su ayuda desinteresada.
Me fui a radicar al estado de Chiapas donde dure 7 años y allá nacieron mis hijos, y al regresar entro a la escuela 18 de Marzo en la Comunidad del Tequesquite, solamente dure 6 meses y comienzo a dar clases en la escuela Emiliano Zapata de la Colonia 1 de Mayo mejor conocida como el Hacha, solamente dure un año y regrese a la José María Morelos.
En el año 1996 me ofrecieron la jubilación y no procedió porque había interrumpido los servicios cuando me fui a vivir a Chiapas, y me trasladan nuevamente a la Escuela Benito Juárez y regreso a la Morelos para jubilarme en el 2009.
Me siento contenta y satisfecha con mi labor docente, mi desempeño siempre fue pensando en dar la mejor clase a mis alumnos, como en toda profesión tiene sus contratiempos pero con amor por lo que realizábamos salimos adelante y los superamos” nos comento la maestra.
Uno de sus tesoros que guarda con mucho amor es el pergamino que le regalo su hijo menor Israel, que dice
A MI MADRE
Porque fuiste padre y madre a la vez en los momentos precisos
Porque en tu papel como padre me forjaste el carácter la determinación
Y el deseo de salir adelante.
Como madre me inculcaste el amor en mi corazón,
Mi dignidad como persona y me enseñaste el perdón.
Porque has estado conmigo incondicionalmente en los
Momentos difíciles como en los de dicha y felicidad.
Agradezco también a Dios por brindarte esa fuerza
Y paciencia que mostraste siempre.
A ti te dedico todas mis victorias y comparto este logro,
Porque nunca cesaste en tu empeño de verme triunfar.
Con amor tu hijo:    Israel Álvarez Mena 
La maestra Dalila le envía un mensaje a la juventud “Todos los jóvenes deben tener una responsabilidad, y a lo que se dediquen profesionistas, obreros, campesinos, lo hagan con amor y responsabilidad para que cuando sean adultos recuerden con dignidad el desempeño de su labor”
Agradezco infinitamente a la maestra Dalila por permitirnos entrar en sus recuerdos  y ojala se realice  la petición que hace de que el aula lleve el nombre de su exalumno.
Hasta la próxima..............  

lunes, 6 de agosto de 2012

Lotería y buenas, la vida de Jesús López Escamilla

Jesús López Escamilla es un hombre que la vida le dio muchas satisfacciones, de joven una linda esposa Elisa Zambrano Reyes y ella le dio 10 hijos 6 mujeres y 4 hombres, y ellos le dieron ahora en su vejez 13 nietos y 5 bisnietos los cuales disfruta cada que tiene oportunidad de verlos.

Don Jesús toda su vida se ha dedicado al campo en la actualidad todavía siembra un pequeño ecuaro en una casa  de uno de sus hijos que utiliza como su terreno de siembra, donde cosecha chayotes, maíz y sandias, que una parte vende y otra la consume la familia.
Doña Eloísa quien nació el 2 de noviembre de 1929 cuenta con 82 años, Don Jesús nació el 13 de septiembre de 1925 cuenta ahora con 87 años ya no van a su terreno que tiene porque no puede, pero es feliz sembrando su ecuaro.
Doña Eloísa es el alma de su casa nos comenta Don Jesús, “Me toco una gran mujer, ella era maestra y como yo trabajaba en el campo, ella le toco la educación y el cuidado de los niños, siempre estuvo al pendiente de nuestros hijos, me ayudo mucho en toda mi vida”.
Una anécdota que recuerda Don Jesús es que en una caravana de artistas que llego aquí a Yurecuaro  le todo bailar un danzón con la Vitola, y toda la gente les aplaudían,  por tener el valor de bailar  con la vitola y mas porque ella estaba muy grandota y el muy chaparrito.
Le manda un mensaje a los yurecuarenses, a la juventud, “que se acerquen a Dios, y todo estará bien en sus hogares” sigue su comentario “Un día se me enfermo mi hija Irma, y fui con la Inmaculada para que me la curara, y allí le prometí entrar de rodillas a la iglesia y como me cumplió y mi hija  sano desde ese día entro a la iglesia de rodillas aun a mis 87 años.
Para terminar nos comento otra anécdota “Cuando era joven era muy tremendo con las vaciladas y las bromas, un día tuve un accidente muy fuerte que ya no pude ir a trabajar al campo, y comencé a ir al atrio de la iglesia de la Purísima, allí empecé a ayudar al señor cura Joaquín Cárdenas con la lotería para recabar fondos para la iglesia, todavía existe una bocina de las que puse arriba de la notaria, han pasado muchos años y no la han quitado”.


“También quise pertenecer al grupo matrimonial y el señor cura Javier Ochoa no me acepto me dijo que le descompondría a los demás por ser tan tremendo y así se me quedo el tremendo Jesús”
El otro día me encontré a Elías Hernández en la iglesia y me dijo, Chuy no se te quita lo terco, apenas son las 6 de la mañana y la misa comienza a las 7 y tu ya aquí, yo siempre voy a misa, solo enfermo no voy a recibir la comunión, me agrada mucho que la gente me recuerde porque extrañan la forma que leía la lotería, soy un hombre agradecido con la vida, con mi familia, y con Dios.
Fue un placer platicar con Don Jesús de sus anécdotas y vivencias y le doy las gracias por haberme recibido en su casa.